BIENESTAR
Volver a mi:
El verdadero autocuidado empieza desde adentro
Escrito por: Andrea

Durante mucho tiempo pensé que el autocuidado era hacerme una mascarilla, ir al spa o ir a comer a mi restaurante favorito. Y sí, claro que eso ayuda. Pero cuando el mundo dentro de mí empezó a sentirse revuelto y un poco caótico, ninguna de esas cosas fueron suficientes.
Mi mente estaba agotada. Mi cuerpo gritaba desde la tensión acumulada. Mi alma… no sabía ni cómo escucharla.
Me di cuenta de que estaba cuidando partes de mí, pero no el todo. Y ahí entendí que el autocuidado real no es parcial, es integral.
La vida no se detiene, pero yo sí podía pausar
En medio del ruido, las tareas, los pendientes y esa sensación de que siempre falta algo, tomé una pausa. Empecé a hacerme preguntas simples:
✿ ¿Cómo me estoy hablando a mí misma?
✿ ¿Cómo está respirando mi cuerpo?
✿ ¿Qué me está pidiendo mi energía?
A veces no tenía respuestas claras, pero solo el hecho de hacerme esas preguntas ya era una forma de empezar a cuidarme.
No es hacer más, es hacer con presencia
Aprendí que no necesitaba una rutina perfecta. Solo necesitaba momentos con intención.
✿ Un té calentito mientras respiraba profundo
✿ Escribir en mi journal
✿ Poner música que me reconecte, prender una velita, usar mi spray favorito
Pequeñas cosas que me devolvían a mí.
El autocuidado es un práctica diaria
A veces seguimos esperando el día perfecto para sentirnos bien. Pero ese día no llega solo. Lo construimos a ratitos, con decisiones suaves, con elecciones pequeñas que tomamos día a día y que nos ayuda a reconectar con nosotros mismos.
Para mí, cuidar mi mente es dejar de exigirme tanto.
Cuidar mi cuerpo es escucharlo antes de que grite.
Y cuidar mi alma es darme espacios para sentir, soltar, crear, imaginar.
Un regalito para ti 🎁
Si quieres empezar a integrar el autocuidado en todas tus capas, te regalo una guía sencilla donde cada día puedes proponerte 3 pequeños retos: uno para tu mente, uno para tu cuerpo y uno para cuidar de tus emociones.
BIENESTAR
Volver a mi:
El verdadero autocuidado empieza desde adentro

Durante mucho tiempo pensé que el autocuidado era hacerme una mascarilla, ir al spa o ir a comer a mi restaurante favorito. Y sí, claro que eso ayuda. Pero cuando el mundo dentro de mí empezó a sentirse revuelto y un poco caótico, ninguna de esas cosas fueron suficientes.
Mi mente estaba agotada. Mi cuerpo gritaba desde la tensión acumulada. Mi alma… no sabía ni cómo escucharla.
Me di cuenta de que estaba cuidando partes de mí, pero no el todo. Y ahí entendí que el autocuidado real no es parcial, es integral.
La vida no se detiene, pero yo sí podía pausar
En medio del ruido, las tareas, los pendientes y esa sensación de que siempre falta algo, tomé una pausa. Empecé a hacerme preguntas simples:
✿ ¿Cómo me estoy hablando a mí misma?
✿ ¿Cómo está respirando mi cuerpo?
✿ ¿Qué me está pidiendo mi energía?
A veces no tenía respuestas claras, pero solo el hecho de hacerme esas preguntas ya era una forma de empezar a cuidarme.
No es hacer más, es hacer con presencia
Aprendí que no necesitaba una rutina perfecta. Solo necesitaba momentos con intención.
✿ Un té calentito mientras respiraba profundo
✿ Escribir en mi journal
✿ Poner música que me reconecte, prender una velita, usar mi spray favorito
Pequeñas cosas que me devolvían a mí.
El autocuidado es un práctica diaria
A veces seguimos esperando el día perfecto para sentirnos bien. Pero ese día no llega solo. Lo construimos a ratitos, con decisiones suaves, con elecciones pequeñas que tomamos día a día y que nos ayuda a reconectar con nosotros mismos.
Para mí, cuidar mi mente es dejar de exigirme tanto.
Cuidar mi cuerpo es escucharlo antes de que grite.
Y cuidar mi alma es darme espacios para sentir, soltar, crear, imaginar.
Un regalito para ti 🎁
Si quieres empezar a integrar el autocuidado en todas tus capas, te regalo una guía sencilla donde cada día puedes proponerte 3 pequeños retos: uno para tu mente, uno para tu cuerpo y uno para cuidar de tus emociones.